El presidente del Gobierno se manifestó en París en favor de la liberta de prensa mientras en España su ejecutivo pone en marcha la nueva Ley de Propiedad Intelectual que atenta contra ella
Rajoy reapareció en un acto público. Lo hizo en París para manifestarse junto a algunos de los jefes de Estado más importantes del mundo contra los atentados terroristas que tuvieron lugar contra la revista satírica francesa Charlie Hebdo. El presidente del Gobierno se manifestó no sólo por ello sino también por la libertad de prensa. Pues precisamente fue ésta la que se puso en juicio cuando dos terroristas asesinaron a disparos a diez redactores de la publicación francesa.
El atentado que tuvo lugar el pasado miércoles 7 de enero, tuvo lugar a consecuencia de las portadas que la revista había dedicado a caricaturizar a Mahoma o al fundamentalismo islámico. Hecho por el cuál, la mayor parte de la prensa y los países del mundo manifestaron su total rechazo a los asesinatos y su apoyo a Charlie Hebdo. Sin embargo el pasado domingo muchos vieron en París un acto difícil de explicar salvo por el puro marketing político: Rajoy manifestándose por la libertad de prensa mientras en España el Gobierno que él preside aprobó el año pasado una nueva Ley de Propiedad Intelectual (LPI) que está hundiendo a las principales cabeceras del país.
El conocido «canon de los medios AEDE» ya se cobró su primera víctima el mes pasado. La todopoderosa Google News cerró sus puertas en España considerando que la nueva LPI vulneraba sus derechos y se hacía insostenible para los medios. Y es que la citada norma tiene una cláusula que invita a la polémica. En concreto la 32.2 que obliga a los agregadores de noticias como Google News o Menéame a pagar a los medios por enlazar sus noticias. Mientras que los segundos están obligados a reclamar dicho canon. Son los llamados medios AEDE (Asociación de Editores de Diarios Españoles). Una medida que ha puesto en jaque a publicaciones como El País o El Mundo. Sin ir más lejos desde que se impuso el boicot de Menéame el pasado mes de febrero, su tráfico de visitas cayó un 99%.
Una Ley que además nació al amparo precisamente de los principales medios nacionales que solicitaron al Gobierno de Rajoy una nueva forma de financiación a cambio de «un mejor trato informativo». Algo que el tiempo ha acabado por demostrar que era una mala idea ya que según cada oleada del EGM las grandes cabeceras no hacen sino perder lectores.
Pero nada más lejos de la realidad. El domingo el presidente del Gobierno se manifestó por la pluralidad en los medios y apoyando una libertad de prensa que en nuestro país está cada vez más en duda. No en vano, España ocupa el puesto 35 de la clasificación mundial de libertad de prensa que Reporteros sin Fronteras realiza. Por debajo de países como Namibia, Surinam o Cabo Verde.
Corruptópolis España 